
Analizando al equipo dirigido por Alberto Zaccheroni, otro clásico en los banquillos italianos, se consigue encontrar los motivos por los que están haciendo esta buena temporada, recién ascendidos. Y es que actualmente están en la zona tranquila de la tabla, con 22 puntos. Para llegar hasta ahí, se ha basado en dos pilares principales, la solidez defensiva, ayudada por el centro del campo, y el talento de Alessandro Rosina.
Este joven italiano, de sólo 22 años, ha llegado esta temporada al equipo proveniente del alicaído Parma, donde ha pasado, jugando poco, las últimas tres temporadas. La secretaría técnica puede estar contenta por haber conseguido los servicios de este jugador que promete ser uno de esos italianos que salen cada poco tiempo. De los que prefieren hacer fútbol antes que destruirlo, disfruta con el balón en los pies, pero que no se amedrenta para meter la pierna. Las raíces nunca se pierden.
Pieza clave de la selección azzurra que eliminó a España en la sub 21, está mostrando en los campos de Italia sus grandes cualidades. Dotado de gran velocidad, la acompaña con una gran técnica individual. Sabe llevar el balón en los pies, es muy habilidoso y tiene una pierna zurda que da miedo. Suele jugar en la banda derecha, la contraria a su pierna natural, pero funciona mejor en la mediapunta, con un delantero referencia por delante. Ha marcado cinco goles hasta ahora, aunque está creciendo cada partido. Su explosividad está creando problemas a todas las defensas italianas, con centrales altos y pesados.
Si Rosina sigue en este estado de forma el Torino no tendrá ningún problema para salvarse, su objetivo en esta temporada. Lástima que no tenga un delantero de buen nivel por delante. Este jugador puede llegar lejos, veremos si en Turín consiguen mantenerlo durante mucho tiempo.
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