Antonio Cassano es puro talento en el campo. Pero no sólo cuenta eso en un campo de fútbol. Antes sí. Pero hoy en día el fútbol ha evolucionado de una manera que provoca que Talentino tenga que acoplarse al fútbol y no al contrario.Su marcha de la Roma fue lo mejor que le pudo pasar al equipo. Curiosamente, a partir de ahí el equipo romanista encadenó once victorias consecutivas, récord absoluto en la Serie A italiana. Una marca histórica. El equipo estaba unido, salían después de los partidos, hacían corros en el campo, eran un auténtico bloque de fútbol y de amigos. Eso se nota en el campo. Mancini empezó a ayudar en defensa, el equipo estaba más junto, se escuchaban ánimos después de cada jugada... Y el míster.Luciano Spalleti llegó a principios de la temporada pasada y se encontró un auténtico infierno de equipo, sin exagerar lo más mínimo. Luchando por no descender 2 jornadas antes del final, habiendo pasado por 4entrenadores distintos, con Cassano enfrentado con todo el vestuario y particularmente con Totti y sin poder fichar por la sanción de la FIFA en el caso Mexes. Nada más podía tener en su contra. Pero levantó al equipo, unió al vestuario y acabó quinto por detrás de la Fiorentina de Luca Toni. Una auténtica hazaña. Dicho esto, no es de extrañar que se esté negociando su renovación, incluso se habla de darle el cargo de director deportivo, al estilo de Ferguson en el Manchester United.
El esquema atrevido
Spalleti ha acoplado un esquema muy parecido a su Udinese de hace dos años, que entró en Liga de Campeones por primera vez en su historia. Con bandas abiertas, el chileno Pizarro llevando los tiempos del partido, y continuo movimiento de los atacantes. Es un equipo totalmente dinámico. Chivu y Mexes en la defensa le da una seguridad al equipo que aumenta con De Rossi de "5" puro por delante de la defensa. Además, Perrota ocupa una posición clave. Es un auténtico todocampista. Trabaja en el medio del campo y aporta sorpresa desde segunda línea al ataque, ayudado por su excelente disparo. Con el talento de Totti, la experiencia de Panucci, y la explosión de jóvenes talentos como Aquilani, Okaka o Vucinic, esta Roma es ambiciosa. Quiere volver a ser gande. A recordar los tiempos del tercer scudetto con los Batistuta, Delvechio y compañía.
Los fichajes
Después de la mencionada sanción por el caso Mexes, el equipo era consciente de que tenía que actúar en el mercado si quería mantener al equipo arriba. Spalleti, consciente de la situación económica del club, pidió un único hombre, sobre el que armaría el equipo para esta temporada, David Pizarro. Procedente del Inter de Milán, el chileno es pura calidad. Tiene buen desplazamiento de balón tanto en corto como en largo, es rápido, tiene buen disparo y sabe leer los partidos. Su cruz es la falta de presencia física, que oculta con el balón entre los pies. Mirko Vucinic es el otro gran fichaje. Llegó acarreando una lesión que le dejó fuera del mundial con la selección serbia. Auténtico goleador la anterior temporada en el Lecce, Vucinic lleva el gol en la sangre. Lo busca con su calidad y su gran velocidad. Sin ser considerado un nueve puro, se adapta bien tanto a esa posición como a cualquiera de las dos bandas, arrancando en diagonal con su tremenda explosividad. Spalleti empieza a darle minutos y puede ser pieza clave dentro del equipo. Además, sólo tiene 22 años.Para las bandas se ficharon a dos laterales que, si bien no tienen mucho nombre, completan la plantilla eficazmente. Max Tonetto, lateral izquierdo proveniente de la Sampdoria, se ha hecho con un puesto de titular tras la marcha de Cufré, mientras que Marco Casetti es el encargado de disimular las ausencias que provocan la edad en el veterano Panucci, además de poder actuar también como mediocampista. Además de esto, sólo queda sumarle la gran afición de la capital italiana. Los tifosi Giallorossi son otro gran impulso para esta Roma ambiciosa que este año no desprecia cualquier objetivo y que, actuando con coherencia en el mercado de invierno (lateral izquiero y jugador de banda) tiene opciones de llegar muy lejos.