
Hace no mucho tiempo, este equipo tenía a jugadores de primer nivel internacional. Desde la etapa de Asprilla y Zola, con los que consiguen una Recopa, una Supercopa de Europa y una UEFA, hasta la de los Buffon, Chiesa, Cannavaro, Thuram, Verón y Crespo. Estas estrellas lo llevaron muy lejos. Consiguen el doblete de UEFA y copa de Italia. Era la gloria del Parma.
Pero, lo que son las cosas, ahora esos recuerdos no le ayudan a luchar para mantenerse en la Serie A. Esa buena etapa está en las cabezas del público presente en el Ennio Tardini cada domingo, pero no calma la angustia de la derrota. Sólo impulsa aún más hacia la resignación.
Poco a poco, empezaron a irse grandes jugadores y a llegar otros que no lo eran tanto. El brasileño Adriano, ahora en el Inter, y el milanista Alberto Gilardino son los últimos cracks que abandonaron la ciudad del norte de Italia.
Actualmente, el club se encuentra en puestos de descenso con sólo diez puntos en dieciséis jornadas. Pero, lo que es peor, no ofrece un mínimo recurso para intentar llegar a ser lo que fue, uno de los más importantes de Italia. En su plantilla sólo hay jugadores de medio pelo, entre los que se salvan el irregular Morfeo y Gasbarroni, pieza clave esta temporada.
Viendo la historia de este equipo das por bueno el dicho de “lo difícil no es llegar, sino mantenerse”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario