
Todo eso está muy bien y es totalmente correcto, no le quito ninguno de los tres méritos, pero, ¿y qué? No tiene regate, ni velocidad, ni fuerza… Su única virtud es la de correr y luchar, lo que puede hacer cualquiera con dos piernas, y si cobra lo que él, aún más. Sólo es una barquita en un mar de grandes buques, que tienen que tirar de ella para que no se que trás.
Antes se podía aguantar su presencia, porque gente como Zidane ponía la magia y la creatividad que hace falta en ataque. Pero ya empieza a ser preocupante, porque su presencia en el campo significa la ausencia de gente con mucha más proyección, calidad y virtudes que el “Gran Capitán”. Robinho, Reyes… Se deben preguntar todos los días qué harán mal para no tener más minutos que un hombre que sólo lucha y empuja el balón desde la línea de gol. Yo también me lo planteo. Cómo en un equipo tan importante, en el que todo se sabe y todo se critica, se puede seguir sacando a un jugador que ya no es ni convocado por la Selección.
Este es el claro ejemplo de jugador totalmente sobrevalorado, durante toda su carrera. La pena es que otros con más cualidades no tengan las oportunidades que merecen. Porque es malo para ellos y para su equipo. Esperemos que el jefe de puerto expulse a la barquita, así el resto de naves irá con buen rumbo.
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