
Fútbol es sentimiento. Gracias a él podemos reír, gritar, emocionarnos, llorar. Consigue que en un solo instante, en un segundo, nuestro estado de ánimo cambie drásticamente. El jugador que falla un penalti en el minuto 90 consigue que millones de aficionados rían, mientras que otros lloren. Pero todos sienten. Todos los que han visto a ese hombre fallar ese tiro aman este deporte. Lo llevan dentro.
El fútbol es un regalo. Es algo que siempre nos pueden dar, que siempre se agradece. Gracias a él podemos retrasar una cita, mentir a la novia. Nos influye en nuestra vida. La incertidumbre antes del partido, la polémica de la jugada, el error del árbitro, el enfado del entrenador, la traición del que se va al equipo rival.
El fútbol no entiende de fronteras, ni razas, ni idiomas. Es la unión de millones de personas bajo un escudo, un país, un jugador. Fútbol hay en Moscú y en Zambia, en México y en Filipinas. Gracias a él conoces gente, discutes, ríes, opinas. Llena los bares de gente diversa, que lo único que tiene en común es el amor por la magia del fútbol.
Fútbol es esperanza. Millones de personas deseando que su capitán levante una copa. No van a ganar dinero, ni les va a solucionar su vida, pero desean con todas sus fuerzas que un hombre al que no conocerán jamás levante una copa y diga que es campeón de Europa, del mundo. Fútbol es la multitud en las vallas de La Bombonera y en las butacas de Old Trafford.
El calor de los gritos en el vestuario, los cánticos de la afición, los flashes de la prensa, el césped mojado, el sonido del balón contra el larguero, la locura del portero, la elegancia del delantero y la sutileza del defensa. Fútbol es la cara de Ronaldinho y la cruz de Gattuso.
Fútbol es como un hijo de dos años, se le perdona todo. El dinero de los jugadores, la corrupción del presidente, el doping de los campeones. Todo eso no importa, lo quieres. No puedes separarte de él. Tienes que verlo, que sentirlo. Es la libertad. La excusa para no discutir ni preocuparte. Fútbol es la coartada perfecta para ser feliz.
Sin fútbol sólo puedes hacer dos cosas, irte a la playa y celebrar la navidad. El resto de los días lo pasas junto a él. Varios lo ignoran, muchos lo siguen. Todos lo tienen.
Fútbol es el primero. Ningún deporte conseguirá llegar hasta él. Siempre estará arriba, donde todo el mundo lo vea y lo escuche. Los ricos y los pobres, los hombres y las mujeres.
Fútbol es conseguir que una misma jugada sea totalmente diferente para dos personas iguales. Hace que muchos digan que el balón ha entrado y que otros no. Es la misma jugada, el mismo momento, el mismo lugar. Y sólo hay una única verdad, ¿por qué no concuerda? Por la magia del fútbol.
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